Soy el líder del grupo que va
a salvar a
este barrio, que va a salvar
a
todos los barrios
de la malaria y
la angustia que
provoca estar aburrido. ¿O
qué?
¿Se creían que veníamos
a hacer el bien?
Ya fue esa lucha innecesaria
entre el bien y el mal, eso es lo que
nos vuelve locos, lo que nos desespera,
como a Kiko y es así que
siempre termina
llorando contra la pared de
la vecindad.
De esa campaña a favor de la
locura
algo aprendimos y nos pusimos
a investigar
a los grandes guerreros de la historia
para copiar su tenacidad a la hora de lucha.
Porque lo nuestro
es una lucha versus la cara
de orto.
Entonces, surfeando los
tremendos sitios en Internet
dimos en Wikipedia con la
historia de los Samurai.
Y lo único copado que sacamos
de
ellos eran sus disfraces.
Nos resultaba muy
caro hacernos esas armaduras.
Usaban cosas de metal, de
cuero y
nosotros queríamos algo
que nos permitiera bailar.
De karate no sabemos un pomo;
Lo que hicimos fue poner un
par de videos de
Jackie Chan, el mejor
bailarín de ésta era
y nos pusimos a practicar
en frente de la tele
con el resto de los
muchachos.
Esto también es para ustedes,
punteros,
artífices del desencanto
social,
gestores principales de las
epopeyas para sacar ventaja.
Con nosotros se acaba la mufa
y por ahí
les den menos bola.
Es a nosotros a quienes harán
los monumentos en el futuro,
y si los hacen, por favor
tomen nota:
que no sean de bronce,
que sean de algo no afanable,
de cajas de vino y
de telas de colores compradas
en el Once y en Flores.
¡Como añoro el día en que un
wachín
a la hora de elegir su profesión
se incline por entrar en nuestra murga que no paga
ni con fiambre
pero es probable que te curtas
alguna mocita en las fiestas
a las que vamos!
También animamos bautismos y
Bar-Mitzvah.
Foto: Taller Villa 20 (coord. Pablo Vitale)
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