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jueves, 1 de diciembre de 2011

Tarde azul, Fernando Figueras



Quiso retratar una tarde azul dominical, pero no hizo más que dejar testimonio del comienzo del horror.
El fenómeno entró en cuadro por la derecha, desde un rincón inocente de la realidad. En la imagen son pocos los que muestran signos de haber captado la dimensión del prodigio que se aproximaba: una araña que —por su tamaño descomunal y el aspecto, nudoso y firme, de sus patas—, desmentía su propia condición.
Jamás sabremos a qué apuntaban las cámaras de los hombres situados en la parte superior del micro, del lado derecho. La bestia barrió la zona de paseantes, aplastó vehículos —bichitos inofensivos— y luego se detuvo por un breve lapso, durante el cual se deleitó viendo cómo su figura se convertía en el centro de las miradas.
Su sola presencia hizo tambalear la fe en un Dios justo y misericordioso.
Pronto aparecieron más gigantes, que atacaron desde distintas direcciones como una tropa disciplinada y eficiente. Las carreras y los gritos de las víctimas sólo sirvieron para realzar aquella irrupción triunfal de la muerte.
La señora de lentes oscuros, ésa, apoyada sobre la baranda, pensó que se salvaría. Creyó que había tenido la gran idea, y se arrojó al agua junto al niño. No consideró, ni siquiera por un instante, la existencia de una versión acuática de los monstruos. Estaba lleno de ellos. El río era cómplice de la plaga. Y bajo el agua todo es más lento y pesa el doble cualquier huída.




Fernando Figueras nació el 26 de abril de 1970. Es argentino e hincha de Ferro. Tiene publicado un libro de cuentos ("Ingrávido", 2010, Editorial Muerde Muertos), y el cuento "Sequía" en la Antología de Cuentos de Futbol De Diez (2009, Editorial Al Arco).
www.muerdemuertos.blogspot.com


Foto: Maruja Etzien

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